viernes, 23 de marzo de 2018

Deja...



Deja

No importa cuán cansado y agobiado estés, no dejes que la angustia, la rabia, el dolor y la sensación de soledad cercenen tu ser.

Cierra tus ojos, retoma tu vuelo, elévate al cielo tan alto como puedas. Transporta tu alma hacia el horizonte del mar y observa tu rostro reflejado en la cristalinidad del agua.

 Deja caer tu alma en la profundidad del mar hasta encontrar los recuerdos en los confines de tu cuerpo.

Deja que te acechen las sombras y sientas que te atormentan los lamentos, deja brotar tus lágrimas hasta inundar el océano.

Deja que la noche oscura brote de tu piel y que la invisibilidad del aire penetre tus poros y sea la fuerza que impulsa la sangre que recorre tú cuerpo.

Deja que todo el Universo fluya, que la energía descienda y repose en la cima de tu cuerpo. Y allí, levanta tu mirada al cielo y en contacto con tu alma, deja que la rabia, el dolor y la tristeza se desvanezcan en la arena.

Susana Muñoz